viernes, 30 de marzo de 2012

¿Y qué esperabas?

La vida es una serie de tirones hacia atrás y hacia delante. Quieres hacer una cosa, pero estás obligado a hacer otra diferente. Algo te hace daño, pero tú sabes que no debería hacértelo. Das por supuestas ciertas cosas, aunque sabes que no deberías dar nada por supuesto. Es una tensión de opuestos, como una goma elástica estirada. Y la mayoría de nosotros vive en un punto intermedio. Hablemos para no oírnos. Esto funciona así, primero tonteo contigo, te dejo hecha un lío, te mando mensajes bonitos, te miento, hago que te enamores de mí, te haré feliz una noche, pero al día siguiente te ignoraré. Solo acudiré a ti cuando necesite una amigo, o para desahogarme, ¿y sabes que es lo mejor? que no puedes hacer nada por evitarlo, porque me quieres, y no soportarías la idea de perderme; porque los seres humanos existimos para salvarnos unos a otros de nosotros mismos.


-Más alto; si quieres, más claro; pero nunca con mayor sinceridad.

sábado, 24 de marzo de 2012

I wanna start this over again.

Las oportunidades que no tuviste te miran con asombro cuando ven que pasaste por encima de ellas y que ya no bromeas cuando sonríes con resignación ante las trampas sin gracia del futuro. Vas concretando los verbos sin ese desprecio por no sentirte bien de vez en cuando y ves; porque puedes verlo, que el lobo feroz eres tú mismo, así que no pongas ojos de cordero degollado sin sangre en los miedos. No es tu estilo.
La supervivencia sigue estando un paso después del último que diste, pero las huellas ya han sido borradas, no hay rastro de ti ni se te espera en lo que ya no existe , el polvo cubre la superficie y en el fondo el tiempo ha hecho su trabajo. Porque el tiempo siempre hace su trabajo, ¿recuerdas? Claro que no, sino ya estarías repartiendo cartas con algún as guardado bajo el brazo, y ya habrías prendido la mecha de alguna explosión en lugar de echar por tierra lo que no supiste hacer volar por los aires. Es duro, muchacho, pero basta una ligera brisa para apagar la chispa con la que tanto incendiabas. Un leve soplido rutinario, un bostezo ¿te imaginas que un solo bostezo fuese suficiente para apagarte? Dan ganas de vomitar. De pegarse un tiro, o de levantarte cada día para ir al trabajo sin ganas de trabajar. Y todos sabemos cual suele ser el camino que todos eligen. Ni siquiera se puede tachar de cobardía porque somos más simples que todo eso. Ni siquiera es miedo lo que tenemos, solo desgana. Si quieres imponer una forma de vida no les cabrees, inventa tele cinco y deja que las serpientes se duerman por ellas mismas. Qué triste es ver los barrotes, y no saber si estás fuera o dentro. La cara de tonto que se te queda y qué murmullo esquizofrénico de dudas empiezan a corroer tu disfraz, ese de persona normal que tanto te costó coserte. Ser, seremos algo; qué remedio, pero mejor será que no lo contemos por ahí. Todavía nos queda la vergüenza virgen, por lo menos no la prostituyamos. No la dejemos sola en una esquina tratando de taparse con una minifalda. La vergüenza, qué chiste. Como si ella pudiera resistir al plomo macizo, al hormigón armado, al ladrillo inexpugnable de esta puta jungla. Hay veces en que echo un vistazo a la calle y solo me sale pensar: "demasiado tarde, estamos jodidos".
El barco está hundido y las ratas ya están a salvo en sus orillas. Sólo nos queda seguir nadando, pero eso sí; como salgamos de esta, mejor será que se preparen para el tsunami, porque vamos a llegar con fuerza.

-I can't remember how. I can't remember why.

In the heart, in the head.

Ahora te entran esos típicos miedos que odias con todas tus fuerzas, esa melancolía que se apodera de ti a momentos, que necesitas ese “no sé qué” que te haga volver a subir a lo más alto. Muchas preguntas, o más bien tan solo una realmente importante y clave: ¿Cuándo le volveré a ver? Eso pasa por su mente, minuto tras minuto, ese es realmente su mayor miedo, que vuelvan a pasar largos meses, hasta que pueda volver a tenerle entre sus brazos; porque ella sabe de sobra, que no es alguien cualquiera, sino alguien especial que ha calado bien hondo, así sin que ni siquiera se diese cuenta. Que ojalá le tuviese al lado, para decirle todo lo que hay dentro de ella, que vuelve a tener todo claro, vuelve a saber qué es lo que quiere y luchará por ello, porque él es su chico, lo que esperaba y había esperado toda su vida; lo que hace tiempo encontró y lo que ahora y siempre necesitará.

-Suelen decir que mejor sola que mal acompañada; pero hay malas compañías que hicieron, hacen y harán falta; siempre.

martes, 13 de marzo de 2012

Songs with story.

El eco de una ciudad eterna que se pinta de Enero, un CD demasiado desgastado cubría de escarcha otro domingo cualquiera, la espuma de las olas y aquel lugar le producían una melancolía que no se tapaba ni con pintalabios rojo. "Nunca vuelvas a un lugar donde has sido feliz" le dijeron. "No te enamores de un chico que toca la guitarra"le dijeron también, y allí estaba ella, con el corazón rasgado por la quinta cuerda de su guitarra, comparando el amor con la gasolina; caro, arde rápido, se gasta fácil y puede sustituirse por alcohol. Al final, estar enamorada y estar borracha es más de lo mismo, sólo que la resaca de amor no pasa tan rápido. Puto amor, tanto daño, ya lo dijo Shakespeare; que las heridas que no se ven son las más profundas, el amor no sangra y ella intentaba curarlo con promesas de una noche, camas vacías al amanecer y Rock'n'Roll en cada rincón de su cuerpo. "He intentado olvidarle" dijo ella. "Juro que lo he intentado" repitió; pero algo dentro de su corazón le decía que intentar olvidar a alguien como él era como intentar tocar el sol sin quemarse.

-Los gatos de mi ciudad no paran de maullar nuestra canción esta noche, sincronizándose con las notas desordenadas que brotaban de aquel viejo tocadiscos desprendiéndose cada segundo un poco más.

Últimamente no tengo corazón.

- Vamos ven, te invito a una copa.
+ Prefiero beber gasolina.
- ¿Prefieres destruirte?
+ Si es el intento de matar las mariposas de mi estómago, sí.
- No lo intentes, aunque les prendieras fuego seguirían revoloteando cuando yo esté a medio centímetro de ti.

A veces, todos nosotros deberíamos ser capaces de crear una barrera infranqueable para que cuando alguien nos haga daño, esas palabras no lleguen hasta el fondo de nuestro corazón llevándonos a la autodestrucción. Formamos mil contradicciones, dos mil adicciones y un adicto que se contradice a sí mismo.

sábado, 3 de marzo de 2012

I can close my eyes now.

Lo primero que nos enseñaron cuando éramos pequeños es que un héroe es una persona que tiene todos los números para terminar en una caja de madera. Lo que no nos enseñaron es en qué consiste ser un héroe. Y es que hay muchos tipos de héroes. Están los héroes de manual en la mano y con el miedo en el bolsillo, forman parte de un todo, de un engranaje perfecto que sin ellos no funcionaría. Los héroes de lo cotidiano, de las pequeñas cosas, capaces de lo mejor y de lo peor; son capaces de sacrificar todo lo que quieren para hacer que una persona deje de sufrir. Los héroes de lo oscuro son aquellos que caminan al otro lado de la línea, convencidos de que sus despreciables acciones son sólo un mal menor, cosas que otras personas no tendrían el valor de hacer. Y por último están los que nunca quisieron ser héroes. Aquellos a quien nadie tuvo el valor de explicarles si está bien o está mal matar a un asesino para salvar la vida de trece inocentes.

-With everything happening today, you don’t know whether you’re coming or going but you think that you’re on your way, life lined up.

She is electric.

El problema es que no me va a salir bien, porque me dices que dónde están las caricias y los romanticismos y porqué solo hablo de sexo y de brusquedad, por qué me pierdo en callejones de pornografía en lugar de volver al azúcar de los te echo de menos, en lugar de acolchar con suavidades los tú a tú imaginarios del reencuentro y foguearnos en la intimidad como si las ganas que me desbordan pudieran soltarse con cuidado. Tengo mi lado más tierno oculto en la retaguardia, como en segunda fila de trincheras, agazapado y oculto tras este instinto animal de darte la vuelta, cogerte con fuerza de las rastas, y enamorarme de tu espalda arqueada mientras el tiempo que no nos hemos tenido se marcha con violencia en tus suspiros. Me he vuelto desinteresadamente sombrío, he perdido el ánimo y las gracias, y no puedo domesticar el lado salvaje de las palabras porque sería como tocarte con guantes o follarte con preservativo. La mitad de la mitad, y la única apuesta que hicimos era un todo o nada sin cláusula de armisticio.
La gente me dice: ¿qué te pasa? y a mí me parece tan sencillo que casi me cabrea la redundancia de su pregunta. Así que seguiré como los diamantes, en bruto, hasta que vengas a quitarme esta triste ansiedad, y poses tu risita de "niña salvaje recién salida de la selva", y compartamos de nuevo la juerga y el humo. Hasta que el sudor hirviendo me limpie esta suciedad, y el mundo vuelva a ser eso que está allá afuera sin nosotros dentro; y entonces sí, hablaré con honestidad del sabor de la magia cada vez que me besas, de cómo el invierno se funde de miedo a tus pasos, y de que no existe la libertad sin ti cerca.

-Pero hasta entonces, cariño, piensa mal y acertarás.