domingo, 13 de mayo de 2012

Es fácil, deja que te explique.

¿Morirse? ¿Qué es morir? No es nada. ¿Crees que has venido aquí a la vida para estar 16 años e irte? ¿Sin dejar marca? No. Eres una persona que esta aquí, para dejar su huella, su sello. Tanto en otras personas como en la vida misma. Ella no puede contigo, nadie puede. Eres un gigante entre los gigantes de un solo ojo; y un barco imbatible en plena tormenta. No te deprimas, no llores, no te dejes vencer. Pase lo que pase, sonríe, sé fuerte. Puedes hacerlo, llevas toda tu vida ahí, al pie del cañón. Hazlo por ti, por tus amigos, por tus domingo de resaca, hazlo y ni siquiera pienses por qué. Pero sobre todo, quiérete a ti misma.
Y a ti, nada más que decirte; solo gracias, por tener siempre las palabras oportunas para cada momento, saber qué decir y cómo decirlo en todo momento. Gracias por aguantarme y escucharme siempre, sean las once, la una o las dos; estemos a diez metros, a cien o a cuatrocientos kilómetros; siempre. Sin duda, lo mejor que podría tener.

-Y con un suave desliz, hago que se pare el tiempo para las dos.

viernes, 11 de mayo de 2012

Lo bueno es ver el vaso medio lleno.

Como te confesé la primera noche: "solo tengo un puñado de palabras; y prometí usarlas para hacerte reír". Me puse peluca y sombrero, la cara pintada y el disfraz de aprendiz ingenuo que juega a subirte las faldas. Puedo decir que tu risa es algo que siempre me he tomado muy en serio. Cada cual tiene su gasolina para rugir, la mía es mezcla de labios y cuentos con leve inclinación de gesto cuando la risa te desborda la boca. Por supuesto el tiempo es tiempo, y la arena no siempre es playa.
Estar ahí, cogerte la mano al dar un paseo, ayudarte a dormir, todo eso. Alguna vez te vi llorar y alguna vez también te vi contener las lágrimas. Te escuché hablar con voz cansada mientras por dentro había una hoguera de hielos que te quemaban. Y me quedé en silencio, como siempre; sin saber qué decir, yo, que te confesé que solo tenía un puñado de palabras y prometí usarlas para hacerte reír. Me quedé en silencio; roto al verte resquebrajada. Asustado y muerto de miedo, como un niño feliz que al mirarse solo ve la pálida cara de un hombre triste al otro lado del espejo. Tragué saliva, respiré, y pellizqué mis heridas para entender que lo bueno de los malos momentos es que se pasan.

-Lo malo, que los buenos también.

miércoles, 9 de mayo de 2012

Your life would be perfect.

De vez en cuando pienso en cuando estábamos juntos, al igual que cuando dijiste que te sentías tan feliz que podrías morir. Me dije que estaba bien para mí, pero me sentía muy sola en tu empresa, pero eso era el amor y es un dolor que todavía recuerdo. Usted puede tener adicción a cierto tipo de tristeza al igual que a la renuncia al final, siempre al final. Así que cuando nos dimos cuenta de que no tendría sentido. Bueno, dije que todavía seríamos amigos, pero debo admitir que me alegré de que todo había terminado. Pero no hacía falta que me cortes, que hagas como si nunca hubiera pasado y que no éramos nada. Y es que yo ni siquiera necesito tu amor, pero usted me trata como a un extraño. Y es que te siento tan áspero... No tienes que caer tan bajo. Supongo que no era necesario que a pesar de todo, ahora sólo serías alguien que yo conocí. De vez en cuando pienso en todas las veces que me atornillas sobre mi decisión, pero me hiciste creer que era siempre algo que yo había hecho. Y yo no quiero vivir de esa manera, en la lectura en cada palabra que dices. Usted dijo que podía dejarlo ir.

- Y ahora relájate, ella lo lleva bien. Está aliviada, ¿ves?
- Todo ha acabado bien. "Que sea cierto el jamás".