lunes, 9 de abril de 2012

Just like a wall.

Te voy a usar como reliquia literaria de mis presunciones para poder decorarte con los adjetivos que me dé la gana. Ahora que no estás voy a inventarme tus fantasías o mis derrotas; tiraré liebres como quien busca galgos, y antes de acostumbrarme me haré daño para ver cómo se curan las heridas por sí solas; quiero decir: sin que estés aquí para curarme. Puedo sufragar mil naufragios universales. Claro, sin embargo, me hundo con el cierre temporal de tus piernas y por eso voy a pesadillearte todos los días en que me sienta solo como si clavara alfileres sobre la foto de la persona que me gusta. Que es la tuya. No me importa no tener cuidado. Los golpes parecen aparatosos pero no tienen fuerza y las caricias parece que se diluyen en la distancia como una gotita de agua en el océano y yo estuviera al otro lado, intentado beberte,y me supiera salado; pero no a ti. Sé de lo que hablo. En mi cabeza puede que seas el amor indomable del día en que nos conocimos o el juguete de feria que un día me tocó; o simplemente puede que vistas más torpe que elegante cuando vengas a pedirme permiso; o yo a ti perdón. Quién sabe. Es verdad que a veces es difícil distinguir la imaginación de los sentimientos, es decir: que no sé si lo imagino o si lo siento. Te echo de menos, ¿sabes? Pero a falta de abrazarte  solo me queda la literatura.

-Y no, no me refiero a hacer el amor. Tampoco aspiro a la poesía.

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