martes, 21 de febrero de 2012

Y si no gusta, se pinta de colores.

En 1998 un Francés trató de suicidarse de un modo muy especial. Se situó al borde de un acantilado, se ató una cuerda al cuello y la amarró a una gran roca. Después ingirió veneno, se prendió fuego y mientras saltaba desde el acantilado se disparó un tiro a la cabeza. Pero la bala no dio en el blanco, sino que cortó la soga y el hombre cayo al mar vivo, el agua apagó el fuego y de tantas sacudidas vomitó el veneno. Pero al final logró su cometido, murió de hipotermia horas después. Y bien, ¿qué quiero decir con todo esto? Si algo tiene que suceder, sucederá. Si nos proponemos algo, por insignificante que sea, lo conseguiremos. Que por muy difíciles que se pongan los problemas, sabremos plantarles cara. En definitiva, nadie podrá nunca con nosotros, siempre y cuando sepamos que podemos llegar, sin miedo, a cualquier parte.

-Más de cien palabras, más de cien motivos, más de cien pupilas donde vernos vivos, más de cien mentiras que valen la pena.

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