Quizás eso es lo que sentimos cuando vemos fotografías antiguas; que por ellas no pasa el tiempo. Como esos mosquitos atrapados en ámbar durante millones de años, congelados en un abrazo interminable, refugiados contra el olvido. Que el mundo sigue adelante pero ellos se quedan allí atrapados para siempre sin cambiar, como las fotos guardadas en una caja de zapatos. En definitiva, que los planes son sólo un dibujo en una servilleta de papel y por mucho que te empeñes, al final, tus planes le importan una mierda al resto del mundo. Y ya puedes ponerle cabeza, corazón o un taco de servilletas emborronadas con sueños, que la vida tiene otros planes para ti.
-Todos estos años guardados en el corazón, te lo prometo.
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