domingo, 4 de diciembre de 2011

¿Otra vez la botella?

El alcohol causa estragos. Eso lo sabemos todos. Después de una noche de fiesta las cosas cambian. No sé que me pasa, no puedo evitar recordarlo todo. Quiero no hacerlo, pero es así. En el fondo, tengo la ilusión de encontrarte camino a casa y que me dediques una sonrisa. Que al tropezarme tu me ayudes a levantarme y que me retires el pelo de la cara. Y que me abraces y me acompañes al portal. Creo que aparecerás por una esquina o que saldrás de un bar y yo me iré corriendo. Cuando llego a casa en mi cabeza ya no hay gente, ni música, ni fiesta; sólo queda el recuerdo de lo que un día fuimos. Ahí es cuando necesito escribirte, pero sé que no podría coger un bolígrafo o mandarte un sms legible. Entonces te mando un mensaje privado. Apenas se entiende pero da igual porque al día siguiente podré explicártelo; bueno, hace un tiempo que ya no. No sé qué escribí pero tengo más miedo a lo que me has contestado que a las tonterías, como a mi me gusta llamarlas que te puse. Al parecer, terminé el mensaje diciéndote que cada noche de fiesta todo vuelve a empezar. "Dejé de beber porque no quería recordar". Me pregunto el por qué de esa decisión. ¿Tan horrible es acordarse de ti cada noche que te lo pasas bien? ¿Tanto quiero olvidarte? Que sepas que yo no dejaré de hacerlo porque son noches perfectas. Noches divertidas que acaban conmigo tumbada en la cama viviendo en el pasado, por un momento. Recordando el día de mi cumpleaños como si hubiera sido ayer; cada tarde a las 4 en el banco de siempre; todo. Y sí, es cierto; cualquier persona que viera aquello pensaría que éramos la pareja perfecta. Eso era lo mejor de todo, que no éramos nada, sólo amigos. Los mejores amigos que nadie pueda imaginar. Puede que durante el resto de la semana no desee nada de lo que te he dicho, que evite salir si se que tú estas fuera, que si te veo voy por otro camino. Pero la noche del sábado todo cambia. "Solo los borrachos y los niños dicen la verdad." No lo sé, no sé si esto es cierto. Probablemente tú lo sepas mejor que yo.

-Lo único que ahora sé es que seguirás recibiendo mensajes los sábados a las cuatro de la mañana.

No hay comentarios:

Publicar un comentario